Con profunda tristeza tomamos conocimiento de una campaña de desprestigio hacia los compañeros y compañeras Controladores de Admisión y Permanencia de Mendoza que trabajan en un interesantísimo proyecto para ser incorporados en las tareas de fiscalización de las medidas sanitarias para mitigar el avance del Covid-19. De manera anónima y con total cobardía a través de redes sociales, un grupo de personas ha incurrido en actos de brutal discriminación hacia nuestros compañeros desconociendo el enorme esfuerzo que cada Controlador realiza para erradicar las prácticas violentas en las noches mendocinas. Nuestro sindicato es testigo y partícipe de la lucha emprendida en Mendoza y en todas las provincias del país para terminar con los "patovicas" y llenar las noches de "trabajadores CAP", capacitados y formados para cuidar a las personas. Por eso, nos duele la manera en que fueron tratados los compañeros mendocinos que sólo intentan volver a trabajar después de siete meses de parálisis total en la actividad. La lucha de los CAP de Mendoza es la pelea que estamos dando en cada rincón de Argentina para que cada compañero y compañera pueda retomar la senda del empleo en un contexto difícil para el sector de boliches y eventos masivos. Nosotros como organización comprometida en la erradicación de la violencia y las prácticas violentas hemos impulsado una legislación nacional (Ley 26.370) que regula la actividad, entre otras cosas, a través de la conformación de una registro de CAP, donde para inscribirse cada trabajador debe formarse profesionalmente y demostrar capacidades para desempeñar el rol de Controlador. Por eso resulta llamativo que quienes rechazan el proyecto de ley pensado para contener laboralmente a nuestros compañeros, y al mismo tiempo brindar un servicio de seguridad sanitaria a los vecinos, busquen atacar de tal manera desencajada al colectivo que con gran orgullo representamos. Esperamos sea desconocimiento y no mala intención. Todos ellos deben saber que desde que se inició la intensa actividad de SUTCAPRA, en 2004, por la regularización y profesionalización de la actividad, las estadísticas reflejan que gracias al trabajo realizado han mermado en forma significativa el número de casos de violencia. Todavía falta, es cierto. Falta mucho, pero con el compromiso de todos los actores involucrados vamos a seguir cambiando la realidad para que no exista ni un sólo hecho más de violencia. Necesitamos el acompañamiento de todos.